En la composición, el maestro nos presenta a once
personas, todas ellas documentadas, excepto una. La escena está
presidida por la infanta Margarita y a su lado se sitúan las meninas
María Agustina Sarmiento e Isabel de Velasco. En la izquierda se
encuentra Velázquez con sus pinceles, ante un enorme lienzo cuyo
bastidor podemos observar. En la derecha se hallan los enanos Mari
Bárbola y Nicolasillo Pertusato, este último jugando con un perro
de compañía. Tras la infanta observamos a dos personajes más de su
pequeña corte: doña Marcela Ulloa y el desconocido guardadamas.
Reflejadas en el espejo están las regias efigies de Felipe IV y su
segunda esposa, Mariana de Austria. La composición se cierra con la figura del
aposentador José Nieto.
Pero el verdadero
misterio está en lo que no se ve, en el cuadro que está pintando
Velázquez.
Algunos autores piensan que el pintor sevillano está haciendo un retrato del Rey y de su esposa a gran formato, por lo que los monarcas reflejan sus rostros en el espejo.
Algunos autores piensan que el pintor sevillano está haciendo un retrato del Rey y de su esposa a gran formato, por lo que los monarcas reflejan sus rostros en el espejo.
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